Cruzo al mundo paralelo, donde vive mi hombre perfecto el que nació de mis sueños. Al llegar él me ha reconocido de los sueños vividos, nos hemos mirado y mientras me sonreía me ha agarrado de la mano y estrechándome entre sus brazos me ha besado para después con un giro de su mano arrastrarme al interior del mundo que había creado del que no volvimos a salir amándonos del anochecer al amanecer.
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