Nació siendo persona para años después notar como la tierra la asfixiaba, hasta que una mañana todo cambió sin saber cómo amaneció con alas para poder volar y así vivió mucho tiempo, la mitad del día en la tierra y las noches surcando el cielo pero una noche decidió no volver más.
Pero dicen los que la conocieron que si al anochecer miras el horizonte la puedes ver surcarlo.
Ilustración Francisco Javier Gomez Portacelli.
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