sábado, 23 de julio de 2016

Deseo.



Se que un día de estos moriré en la cafetería donde desayuno cada mañana y no porque el café me suba la tensión, sino por él la reencarnación de la sensualidad y el deseo que cada mañana me acelera el pulso desde que antes de entrar lo veo fumar, para luego observar como desliza la yema de sus dedos por sus labios o como se muerde el labio inferior pero cuando ya no puedo más y creo que mi corazón se va a salir de mi pecho es cuando se muerde la punta de su dedo pulgar mientras se pasa la mano por el cuello hasta su pelo, se que si no hago algo moriré de deseo por alguien del que no se ni su nombre no se que hacer...

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