Él llegó a mi vida como una bocanada de brisa marina
que dio un nuevo giro a mi vida, a mis días y noches
perdida en la locura de su piel, en sus labios y en el deseo que en mi despierta
de morder su cuello y arrancarle la ropa instinto que no puedo reprimir mucho tiempo
hasta dejarme llevar por el y así pasar mis noches fundida en su piel.
Un deseo que se cumple cada noche. Un abrazo
ResponderEliminarUn abrazo.
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