Camino serpenteante
cubierto de hojas
ocres y granates
rodeado de árboles
robustos y gigantes
que se deshacen
de su viejo equipaje
acompañando mis pasos
mis pensamientos
mis más íntimos recuerdos
mientras decido
que se los lleve el viento.
¡Quién, al viento de aliado, tuviera en su otoño!
ResponderEliminar¡Que el viento te traiga aires de felicidad! Un abrazo
EliminarBellísimos versos, Beatriz. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Eva me alegra mucho que te guste,Un abrazo
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