Se convirtieron en tormenta absorbiéndose en besos eternos como las plantas absorben las gotas de lluvia.
Cada roce fue un relámpago saliendo de su alma , cada trueno fue el preludio de una noche de amor
impetuosa , salvaje y pasional en la que se bebieron a grandes sorbos el uno al otro hasta fundirse en uno solo , como la lluvia se funde con el mar.
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