te busqué de día y de noche , en el mar y en la montaña.
Te busqué hasta desfallecer , grite tu nombre hasta enmudecer
y solo apareciste cuando te soñé , soñé que al mirar por mi ventana
te veía descender del cielo hasta el alféizar de mi ventana con grandes alas blancas,
y entonces no hicieron falta palabras, todo tuvo sentido.
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