viernes, 28 de agosto de 2015

Me converti en princesa.



Planeaba una vida tranquila sin nada que sobresaltara mi realidad, pero cuando menos lo esperaba yo que en cuentos no creía me vi convertida en princesa.
Princesa sin corona ni palacio ni escolta pero al fin y al cabo princesa porque solo ellas tienen un príncipe en su vida, un príncipe sin armadura ni caballo ni castillo pero en mi vida entró como si llevara una brillante armadura y fuera montado en un hermoso corcel blanco deslumbrando mi vida serena y tranquila llenándome de sueños y alegrías volviendo a hacerme creer en cuentos llenos de aventuras amor y alegrías.



 

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